lunes, 30 de mayo de 2011

ECHIN y CSHAN

ECHIN es nuestra Embajada ante la República Popular China, en Beijing, y CSHAN es nuestro Consulado General y Centro de Promoción en Shanghai. Por cuestiones laborales, me ha tocado visitar ambas ciudades dos veces en el último año y laburar en nuestras sedes. En términos generales, se puede decir que CSHAN funciona como un relojito y ECHIN más que una Embajada es un desastre, pero esas deberían ser las conclusiones de este post y no la introducción.


A fines de los '90, cuando yo ingresé a Cancillería, CSHAN no existía y ECHIN más que una Embajada era un castigo para diplomáticos que se portaban mal. En la actualidad, Beijing se ha sumado al selecto club de ciudades clave para nuestra polex. Los ejes Brasilia-San Pablo y Washington-Nueva York siguen representando el corazón de nuestra política exterior, pero Beijing se ha sumado a un segundo pelotón de capitales centrales para nosotros, junto a Santiago, Madrid, Montevideo, Londres (por Malvinas) y Caracas (desde el 2003). Aclaro por las dudas que esta división es arbitraria y personal.


Ahora, si bien Beijing ocupa hoy en día un lugar central en nuestra polex, ECHIN más que una Embajada es un problema. Una disfuncionalidad en forma de oficina pública. La madre de todos los problemas en estos momentos es la cuestión de las visas. No es un tema nuevo para nada. Este artículo de 2002 de Clarín detalla la operatoria del tráfico de inmigrantes ilegales chinos. En 2008, Página 12 relataba sobre los problemas de emisión de visas en la Embajada Argentina en Beijing, y los comparaba con casos similares de los '90. Y esta nota de la semana pasada da cuenta de varios casos en los últimos meses de chinos capturados intentando ingresar ilegalmente a la Argentina.


Por eso a los pibes que van a la sección consular en Beijing la única promesa que se les puede hacer es que vuelven con un sumario. Aunque hagan todo bien. Y no es un problema sólo de Cancillería. También están Gendarmería, Migraciones y el Poder Judicial. Estando destinado en Tokio, un par de veces me tocó hacer reemplazo consular: el titular de la sección consular se toma sus vacaciones, y alguno de los pinches de la Embajada lo reemplaza por algunas semanas.


En uno de esos reemplazos, me llaman de Migraciones en el Aeropuerto de Narita informando que capturaron a un chino con un pasaporte argentino apócrifo. Resultó ser un chino que había comprado una carta de ciudadanía argentina a un juez (sí, hay jueces así), y en base a esa carta trucha se había hecho una serie de documentos perfectamente legales: D.N.I., Pasaporte, etc. En el marco de una investigación se descubrieron varios casos similares, y la Argentina informó esa situación a Migraciones de Japón: uno de los argenchinos truchos tenía residencia en Tokio. De Migraciones me dicen que este ciudadano detenido quiere hablar con el cónsul argentino. Aunque yo no tenía obligación de brindar asistencia consular a un ciudadano trucho, lo hago de onda con los colegas japoneses que me lo pidieron.


El señor este no hablaba una palabra de castellano, y cuando le empiezo a preguntar por su lugar de residencia en la Argentina (cuando supuestamente obtuvo su ciudadanía) y lo único que se acordaba es que había vivido muchos años en el Once, cerca de una plaza. El chino lloraba y me juraba su argentinidad. De haber tenido un poco más de idea de algo, me lo habría jurado por el dulce de leche, Evita y Gardel. Decía cosas como "My passport is good", y yo le contestaba que sí, el pasaporte era de primera especial, el problema era todo lo que venía por detrás. Me puteaba en chino. Yo le contestaba que el no era argentino ni acá ni en la China. Mondo bizarro.


Una de las claves del problema está identificada en el artículo de Página: de la misma forma que estas organizaciones tienen aliados (o empleados) dentro del Estado argentino, lo mismo ocurriría en el Estado chino. Y la pregunta inevitable que uno se hace es: ¿contra quién o contra qué estamos luchando?


Pero bueno, se me hace tarde... ya hablé del principal de los desafíos que tiene por delante Gustavo Martino cuando se haga cargo de ECHIN a mediados de junio. Mañana (o pasado, ya me conocen) sigo.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Crónica de un fracaso anunciado

A veces te aparece un comentario que te deja la pelota picando por lo excesivo, así que me voy a dar el gusto. Como en una especie de servicio de atención al público de emergencia, párrafo por párrafo el comentario de Alcides Acevedo:


¿Argentina puede vender calzado de alta gama a China? ¿"cierto" tipo de maquinarias? Debe ser un chiste... si empezamos con esas ideas vamos al tacho...


No creo que sea cuestión de "empezar con esas ideas". Son las empresas argentinas las que "tienen las ideas", nosotros (la Cancillería) somos simplemente facilitadores. En el caso de las zapatillas, es un grupo de empresas argentinas de calzado que con apoyo de la Cámara vendió un contenedor de zapatillas hechas a mano (alto valor por unidad, semi-únicas) a principio de año. Fue una primera operación exitosa, puede ser interesante a futuro o puede dar en la nada (por eso lo de prueba y error).


Es verdad que no fui muy específico con el tipo de maquinaria, porque muchas veces los nichos no están en los "sectores estrella", sino en empresas como Sipel, Semapi, Scorza, empresas medianas que fabrican maquinarias altamente específicas (balanzas de precisión, detectores de impurezas en líneas de producción, maquinaria para higiene urbana). Hay empresas argentinas como Telmec (bobinas para la industria textil) o SAI (oxicortadoras para acerías) que tienen en el mundo sólo dos o tres competidoras (en países como Alemania, Japón o EE.UU.) y disputan mercados muy reducidos. Cientos de PyMEs industriales como las que mencioné exportan, de a montos reducidos, cientos de millones de dólares en bienes y servicios de alto valor agregado. Semapi, por ejemplo, no puede competir con el costo de las máquinas en China, entonces les está vendiendo el software de control.


El Estado no puede inventar sectores productivos que no existen, pero no hay razón para no apoyar a las PyMEs que realmente producen en su proceso de internacionalización.





Que yo sepa el "calzado de alta gama" argentino es basicamente copia de diseños italianos... y los chinos pueden copiar mejor que nosostros, por el otro pensar que el cuero argentina tiene una calidad superlativa es un gran error, es algo que reconoce cualquier persona de la industria.

Hay distintos tipos de calzado en la Argentina. Está el que vos mencionás, pero hay empresas como Talpini, Divia, Greta Flora, 28 Sport y muchas otras que hacen productos originales, de alto valor unitario, y que exportan partes importantes de su producción a Europa, EE.UU. y Japón. Nadie dice que el cuero argentino sea superlativo (no lo es) en general, pero hay cuero muy bueno en la Argentina. Estas empresas (y otras) lo usan. Por otro lado los chinos de alto poder adquisitivo siguen mucho los hábitos de consumo de los japoneses. Japón nos importa anualmente unos US$ 4 millones en productos de diseño (ropa, muebles, zapatos, accesorios), y es inevitable que algo termine llegando a China. Nuevamente: no son números que alteran la balanza comercial, pero para un puñado de PyMES argentinas representa hasta el 50% de su facturación anual.

En cuanto a maquinarias, que yo sepa, los unicos rubros medianamente exitosos han sido las sembradores de siembra directa y los equipos de GNC ¿eso le vamos a vender a los chinos?

Ya lo contesté.



Me interesó el tema de las pastas: comparar pastas italianas (Barilla, Buitoni, De Cecco, Garofalo, Voiello) con la basura que se produce en Argentina, investigar la calidad del trigo que se utiliza en Italia y comparar con el argentino, comparar la maquinaria que se utiliza en Italia (empezando por el procesamiento y purificación de la harina) con la muy triste realidad argentina.

Comparar también los precios de Barilla o De Cecco con la "basura" que se produce en la Argentina, y tratar de entender que muy pocos chinos tienen hoy en día la posibilidad de acceder a esas marcas
premium. ¿Se te ocurrió pensar que los productos a los que accede el chino promedio en su supermercado son todavía peores que la basura que tenés que consumir vos, que tuviste la desgracia de nacer en este país donde todo es una mierda incluso la pasta? Si te escuchara mi abuela criticar a su harina Morixe te pegaba unos buenos palazos de amasar...


Bueno, la verdad es que el post me dejó muy preocupado, pensar que le vamos a vender pastas y zapatos a los chinos da miedito... ¿no se te ocurrió nada mejor?


No hay que preocuparse ni sentir miedito. Los empresarios argentinos, en general, saben lo que hacen. Nosotros como Estado no vendemos: hacemos los trabajos de inteligencia comercial que indican los mercados con posibilidades (en función de cruce de demanda de importación de ese mercado con la oferta exportable histórica argentina) y armamos las acciones de promoción. Pero lo más importante es la demanda de las PyMEs argentinas.


Esta Misión a China, por ejemplo, fue multisectorial. O sea que cualquier empresa que ofrezca productos o servicios hechos en la Argentina puede participar (más allá que la inteligencia comercial identifique sectores con mayores posibilidades).

Cancillería cubre los gastos de logística (salones para rondas de negocios, intérpretes, armado de agendas) y las PyMEs se pagan pasaje, hotel y comidas. Publicamos un catálogo general de las empresas participantes en castellano e idioma local, pero las empresas deben hacerse cargo de su propio material de difusión y del envío de muestras. Como la participación en una misión de estas implica una inversión para una PyME, el criterio es que si la empresa cree que puede exportar a un mercado entonces debe tener derecho de participar.

Para terminar, me parece interesante agregar este link a una nota de Clarín sobre PyMEs argentinas que no tuvieron miedito a la hora de tomar el dragón por las astas. Y acá, otra vez el ultra-oficialista Clarín sobre las posibilidades de botas de polo argentinas en China.

martes, 24 de mayo de 2011

Chinos pensamientos

Es la segunda vez que tengo que ir por laburo a China en menos de un año. A veces está bueno usar clichés para decir cosas poco originales: en China uno realmente tiene la sensación de estar siendo testigo de un proceso histórico. Es una sensación rara, que te lleva a tener pensamientos más profundos que lo normal. Este no es un blog intelectual; generalmente me chupan un huevo las implicancias para la historia de la humanidad de los procesos históricos de largo plazo. Me llama más la atención el aquí y ahora, el momento que me toca vivir.


Estos dos viajes me generaron una serie de pensamientos profundos sobre nuestras relaciones bilaterales con China, sobre las oportunidades que estamos aprovechandos y las que estamos desperdiciando, y sobre los eventuales riesgos y beneficios de ambas. Algunas ideas medio crudas, y otras que se complementan con este breve relato de la visita de la PNA a China en julio de 2010:


1. ¡Qué fácil es venderles alimentos! Te los sacan de las manos. Esta vez llevamos un grupo interesante de empresas de distintos rubros del sector alimenticio: ostras, cebada cervecera, leche en polvo, carne de pollo, vino, harina de trigo, carne vacuna. Por distintas razones, se puede decir que la demanda china para determinados productos (ostras por la crisis japonesa, leche en polvo por la escasez mundial) es para las empresas argentinas infinita. Lo que tengan, lo venden. Y si triplican su producción, lo venden igual. Y si no les gustan las condiciones de los chinos, hay otros chinos con otras condiciones esperando.


2. Cada vez les podemos vender productos más elaborados: hace cinco años, demandaban trigo para hacer harina. Hoy demandan harina para hacer pasta. Si siguen creciendo a este ritmo, en 10 años van a demandar directamente la pasta. En términos generales, se puede decir que las empresas argentinas van adaptando su estrategia al crecimiento de los nichos de alto poder adquisitivo y van vendiendo productos de cada vez mayor calidad.


3. ¡Cuánto se aprende en un año! La realidad es que las agendas este año salieron mucho mejor que las del año pasado. Este año filtramos mejor a las contrapartes chinas para ajustar mejor a la oferta argentina, no tuvimos los errores de logística del 2010 (obvio que una Presidencial es mucho más complicada, pero la experiencia nos sirvió un montón), y controlamos mejor los factores de riesgo.


4. ¡Qué buscas son los chinos! Te juran y perjuran que tienen interés comprador, escuchan 10 minutos el speech del argentino y sacan un catálogo para tratar de vender algo. Terminan su reunión y se sientan en reuniones de los demás para ver de donde pueden sacar una tajada. Y los intérpretes son tremendos: nos ha pasado de tener intérpretes que ante un interés concreto de una empresa china, traducen como si no pasara nada, y 15 días después se ofrecen como intermediarios. En un momento se me acerca un abogado chino, un Dr. Li, para ofrecerme sus servicios. Le comento que yo coordino la misión, por lo que no estoy comprando ni vendiendo nada. Y me ofrece los servicios de un socio, que es especialista en marketing y nos puede ayudar a organizar la próxima misión. Y los argentinos nos creemos vivos...


5.  El tema de las visas los preocupa: todo el mundo (argentinos y chinos) que hace negocios entre los dos países y que aparecía por las rondas de negocio lo mencionó como un problema. Como si uno pudiera hacer algo. Es evidentemente el tema más delicado en nuestras relaciones bilaterales. Un par de empresarios se quejaron que "no puede ser que para un chino hoy en día sea más difícil sacar la visa de Argentina que la de EE.UU.". Otros insinuaron que el gobierno argentino incentiva la truchada de visas al tener reglas tan estrictas. Ahí me parece que se está tratando de dar vuelta el argumento, ya que el endurecimiento de las reglas con China es consecuencia y no causa de los festivales de visas y certificados de nacionalidad truchos.


6. Hay vida después de la soja: de a poquitos vamos encontrando los nichos donde nos podemos ir metiendo. Biotecnología, calzados de alta gama, algunos rubros específicos de maquinaria. Es un proceso lento, que nos va a llevar décadas desarrollar, y donde tendremos que laburar con la idea de que es un proceso de prueba y error.


Respecto a cuestiones más conceptuales como "desarrollo económico" y "democracia", en términos generales sigo creyendo en lo que escribí un fin de semana en Tokio el año pasado, comparando a China con la India. Aunque un poquito más entusiasmado que en ese momento con nuestras posibilidades en la flamente segunda potencia económica mundial.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Preaviso de censura

Por los próximos 10 días estaré con acceso limitado al blog, gracias a la censura del gobierno chino. Cuando pueda, postearé. Mis últimos posts han estado bastante irregulares, por lo que el cambio no se debería notar tanto...

domingo, 8 de mayo de 2011

Barack, Hussein, Osama y el anti-imperialismo

Cuando salió la noticia de la muerte de Ben Laden, yo estaba tan metido escribiendo la tesis que reaccioné a decir "¡Mirá vos!". Los que me conocen saben que cuando estoy metido en algo tiendo a ser monotemático, así que no seguí para nada el tema. Sí leí nuestro comunicado de prensa. En su momento pensé algo muy parecido (pero peor articulado) a lo que escribió Abel acá: que un buen comunicado de prensa debe ser justamente eso, una "colección cuidadosamente hilvanada de trivialidades biempensantes". Y me acuerdo particularmente de haber dicho en voz alta "¡Bien!" al leer la siguiente frase:


La operación militar que ha llevado a la muerte al responsable de tanto dolor inocente ocurre en momentos en que el mundo árabe busca reformas democráticas que permitan a sus pueblos vivir en libertad. La Argentina desea que los acontecimientos de las últimas horas no desvíen a los pueblos del Medio Oriente del camino de los cambios en paz.


Por pudor, trato de evitar en el bloj el tonito auto-celebratorio al tratar de temas de la Cancillería (sí salto como leche hervida cuando nos atacan injustamente, como en este caso), pero como lo escribió Abel me puedo dar el lujo.


Algo que me pareció interesante - y que tuve que seguir de cerca por tenerlo dentro de casa - es la evolución del discurso anti-norteamericano en estos eventos. En un primer momento, el discurso  se basó en un contundente doble mensaje: por un lado, el "yo a estos no les creo nada, para mí que Osama está vivito vivito, como Yabrán"; y por el otro, el "¿viste si serán salvajes? ¿viste como festejaron el baño de sangre?".


La contundencia de esa primera etapa duró poco. Realmente era muy ingenuo creer que Obama anunciaría la muerte de Osama sin estar 120% seguro. Respecto a la segunda parte, Eddie la desmanteló de forma perfecta en este post.


En una segunda etapa, la incredulidad no tuvo que ver con la muerte de Obama en sí, sino con las circunstancias que rodearon a ese deceso. Creo que el mejor ejemplo de ese momento es la nota del jueves 5 de Juan Gelman en Página, donde esencialmente plantea que sí, Osama murió, como Elvis, Néstor y Michael Jackson, pero no ahora y no en esa casa de Abbottabad que no vale un palo verde ni en pedo.


El gran problema del planteo de esta segunda etapa es su absoluta irrelevancia: lo único que importa es que Osama bin Laden está muerto. Si hubo tiroteo o no hubo tiroteo, si los servicios paquistaníes son o no son confiables, si en la famosa foto donde Hillary se tapa la boca están mirando imágenes de Bin Laden en piyamas con un control remoto o fotos de la perrita de Barbara Bush, es absolutamente irrelevante. Y además distrae de lo central. Gelman y los demás caen en la pejiguera tarea de tener que dar testimonio sobre aspectos técnicos de enfermedades renales y costumbres sepulcrales del islamismo para probar el absurdo de cuestiones menores. Terminan sonando como Mirta diciendo que la gente en la calle decía que el cajón estaba vacío.


Lo central es lo que se discute hoy. En La Nación, por ejemplo, donde Silvia Pisani pregunta: "¿Era legítimo?". Las justificativas legales ("autodefensa nacional", "la guerra contra el terrorismo") son muy endebles, entonces lo más lógico es tomarlo como lo que fue: un acto de imperio. En ausencia de jurisprudencia internacional relevante (las guerras son entre Estados, no entre un Estado y un individuo u organización extranjera), EE.UU. se atribuye el derecho de aplicar legislación de guerra a una operación militar en un país extranjero con el cual no se está en guerra. Sin importar nuestra indignación como ciudadanos, mientras otros Estados no le cuestionen ese derecho a EE.UU. - y la Argentina en particular no se lo cuestionó - se ha sentado jurisprudencia.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Diplomacia pública

Nunca escribí sobre diplomacia pública. No sé, nunca me pintó. A veces le escapo a eso de la diplomacia pública (DP). En la definición de Wikipedia, la DP es la comunicación con el público extranjero con el objeto de establecer un diálogo diseñado para informar e influenciar. El objetivo es evitar los canales intergubernamentales para poder llegar directamente al ciudadano extranjero. Llegar con un mensaje. Diseñado para informar e influenciar. Lo que antes se le decía propaganda.


Pero obviamente hoy en día es todo más sofisticado. Lo que antes se hacía de forma burda, hoy requiere el esmero de un artesano. Las ventajas de operar con mejores instrumentos también son evidentes - sino comparen la extracción de un cálculo renal hoy a lo que era hace 50 años. Y en ese sentido la DP es mucho más que propaganda.


Joseph Nye, en esta introducción identifica tres dimensiones de la DP:


  • Comunicaciones diarias: explicar el contexto de las decisiones de gobierno y de política exterior;
  • Comunicación estratégica: relaciones públicas, campañas de meses y años;
  • Desarrollo de relaciones duraderas con individuos clave.

La DP como concepto surge a mediados de los años '60 en EE.UU. Tiene mucha relación con el llamado poder blando, o soft power. Si las armas son el poder duro, el poder blando radica en cuestiones tan intangibles como una idea. Y la diplomacia pública - la diplomacia en general - es al poder blando lo que el ejército es al poder duro. Con muchas menos armas.


No es por eso que le escapo a la DP. En el fondo, yo creo en el poder blando. La DP puede ser un montón de cosas: el programa pro-huerta argentino en Haiti, nuestra participación como país invitado de honor en la Feria del Libro de Frankfurt 2010, la marca país, que nunca entendí muy bien para qué sirve, y montones de otras cosas más.


Mi problema es, de nuevo, la p$%# tesis. Mitad de la gente que conozco está presentando tesis sobre DP. Es como el tema de moda. Así que no, yo nada que ver. Pero por las dudas, igual le clavé tres páginas sobre DP a mi tesis. Para no estar tan out, ¿viste? Y, sin fijarme si encajaba o no, la entregué así nomás. Yastá.


PD: Flor, Marpla, Migue: ustedes igual prepárensen un versito sobre DP para el coloquio. Traten de vincularlo con algo que les pregunten - a los embajadores les encantan las vinculaciones.